Tratar de recuperar lo perdido del Riachuelo y los colores del barrio de La Boca.
Logramos un degradé desde el agua más oscura hasta la más clara, para luego pasar a los colores característicos del barrio: azul, amarillo, verde y rojo.
Se necesitaron al rededor de 540 botellas y 300 tapas.
El reto a alcanzar fue armar un balón con los colores de Boca Juniors, algo representativo del lugar.
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